La relación entre la nutrición y el desarrollo cognitivo de niños y adolescentes es innegable considerando que una alimentación equilibrada y adecuada proporciona los nutrientes esenciales que el cerebro en crecimiento necesita para funcionar de manera óptima, por tanto, una dieta correcta ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, previniendo los altibajos emocionales asociados con el consumo de alimentos altos en azúcares refinados. Así también se debe tener en cuenta que la deficiencia severa de vitamina B12 causa pérdida de la memoria, disfunción mental y depresión; de forma similar, la deficiencia de esta vitamina puede originar fatiga, confusión, demencia, irritabilidad. En cuanto a los estados depresivos y trastornos de memoria existe una relación con bajos niveles de hierro y vitaminas, acompañados de anemia leve, moderada o severa. Por otra parte, aquellos niños o adultos que sufren de hiperactividad, tienden al consumo de alimentos ricos en azúcares procesadas (golosinas, bebidas azucaradas, postres, etc.) y los estados ansiosos se mantienen y aumentan por la ingesta de cafeína y bebidas energizantes, incluido las altas cantidades de té verde. Mientras que las personas diagnosticadas con trastornos del espectro autista, se recomienda una dieta restringida en el uso de alimentos que contengan gluten, ya que diversos estudios confirman que estos alimentos afectan la conducta y control emocional. Al igual que para aquellos diagnosticados con esquizofrenia se sugiere mayores consumos de alimentos altos en vitamina B, magnesio y omega 3, ya que se ha comprobado que estos pacientes tienen un claro déficit de estos nutrientes, por ende, ingerir estos ayudan a disminuir los síntomas que acompañan esta enfermedad.

Pero porque es tan importante la nutrición en aspectos psicológicos de niños y adolescentes, para entenderlo debemos vincular los alimentos al desarrollo fisiológico del organismo, te lo voy a explicar de forma más sencilla, en nuestro cerebro se producen sustancias químicas gracias a diversas hormonas, estas sustancias tienen un efecto especifico que condiciona el comportamiento y aumentan o  disminuyen según la dieta que integremos, un ejemplo claro es que cuando en una dieta diaria hay un alto consumo de azúcar se liberan altas cantidades de dopamina neurotransmisor asociado al sistema de recompensa, el cual crea una adicción en el cerebro y a su vez el exceso de azúcar puede ser uno de los contribuyentes en generar trastornos en el comportamiento, aumentando la  tendencia a riesgos e impulsividad, pues el estimulo que genera el azúcar hace que se tomen decisiones rápidas y agresivas para ayudar a asegurar el alimento como una respuesta de placer. La sobre activación de este proceso, a causa de la ingesta excesiva de azúcar, puede causar un comportamiento impulsivo que podría ir desde el síndrome de hiperactividad con déficit de atención hasta el trastorno bipolar o incluso la agresión.

Dra. Alejandra Gil Barrera

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