Los bebés necesitan explorar el entorno para desarrollar habilidades cognitivas, sensoriales y lingüísticas. Como nuestra capacidad de adaptación aumenta a medida que maduramos, cualquier alteración temprana en el desarrollo ejecutivo repercute a corto, medio y largo plazo También podrá alterar visión, sueño, peso, desarrollo, funciones ejecutivas y conducta. El compromiso adulto con el uso responsable de herramientas tecnológicas es fundamental para garantizar el óptimo desarrollo de niñas y niños nacidos y criados en la era digital.
El cerebro tardará al menos 18 meses en desarrollarse para poder comprender que los símbolos de la pantalla tienen un equivalente en el mundo real (Hill, 2016). Tal como explican Waisman et al. (2018), durante los primeros años de vida tiene lugar la etapa de desarrollo sensoriomotor, durante la cual se encuentra limitada la comprensión del contenido bidimensional que ofrecen las pantallas. Antes de los 2 años de edad, aún no se ha alcanzado la madurez suficiente en términos de control atencional y pensamiento simbólico como para poder transferir los conocimientos adquiridos a través de una pantalla a su aplicación en la vida real, que se desarrolla en tres dimensiones. Asimismo, durante los 3 primeros años de vida, se produce un rápido desarrollo del cerebro y sus múltiples conexiones, el cual puede verse afectado por diversos efectos ambientales (Zimmerman et al., 2007).
Dra. Maribel Vera Velandia